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Por Sebastian Reinaga
“En serio muchachos, ya está, pongan lo que quieran. Pongan si quieren que soy puto.” (Jorge Asís a Fernando Soriano y Pablo Perantuono).
Vendedor a domicilio en su tierra natal: Villa Domínico; redactor estrella del Gran Diario Argentino; bestseller maldito e ignorado por las celebridades literarias y diplomático refinado en la lujosa París y la paradisíaca Lisboa, todas esas personalidades -y vidas- reunidas en un solo nombre, un hombre: Jorge Asís. Los párrafos de la historia del “profesional de la palabra” fueron narrados por los periodistas Pablo Perantuono y Fernando Soriano y volcados en un libro de 622 páginas que implicó más de cuatro años de trabajo y más de cien entrevistas. En esta oportunidad, este escriba recomienda una joyita que lo acompañó en sus largas y apacibles tardes veraniegas: Turco: vida, obra y secretos de Jorge Cayetano Asís (Editorial Planeta).
“El Turco es un representante de una época que algunas cosas, por suerte, han cambiado y han evolucionado, pero que de algún modo grafica y sintetiza toda esa conducta”, sostiene el periodista y editor Pablo Perantuono en una entrevista con el portal Infobae. Y así se refleja en la obra que cuenta la historia de un pibe de un barrio humilde con ansias de progresar y proyectarse a otros escenarios; alerta spoiler: lo logra, no sin pasar por sinsabores y obstáculos, pero con el don de la palabra, que lo acompaña como un rasgo identitario inconfundible de su identidad.
Y la literatura estuvo siempre ahí, para levantarlo, como un motor que no falla. Así lo narran los autores en uno de los pasajes centrales de libro y de la vida de Asís: “Es un punto de quiebre. Como hizo antes y como lo hará varias veces después. Asís toma las crisis para mover, sacudir su realidad, ponerla en jaque, reinventarse. Tiene arreglado con una editorial pequeña reunir los treinta aguafuertes que escribió en Clarín hasta entonces y publicarlos con el nombre de Cuadernos de Oberdan Rocamora. Pero quiere algo más. Parado en el medio de la vida, mira hacia adelante y que hay algo que lo convoca. Algo que titila. Es ni más ni menos que la literatura”.
Soriano y Perantuono se sumergieron en la obra de Asís para trazar los márgenes de su vida. Allí, en su más de veintena de libros, el Turco dejó huellas de sus aventuras y desventuras aunque él repita un mantra que afirma lo contrario: “Cuando alguien escribe yo en la literatura ya está mintiendo un poco”. Pero esa frase es puesta en cuestión desde su tercer libro, Don Abdel Salim, el burlador de Domínico, donde el protagonista es el alter ego de su padre, un particular abogado que no titubeaba en estafar gente y que desapareció pronto de su vida. Y la misma lógica tuvieron otros libros, tal vez los dos que marcaron su vida como un sello indeleble, para bien y para mal, fueron Flores robadas en los jardines de Quilmes, que lo llevó al altar literario, y Diario de la Argentina, que lo catapultó a ser víctima de una censura que duró décadas por contar y ficcionalizar su experiencia en la redacción del Diario Clarín. Todas estas travesuras están narradas por los autores con un pulso y un ritmo literario que atrapa al lector y no lo suelta hasta el final de la historia.
Pero no sólo la literatura fue la materia prima para desentrañar el sinuoso camino de Asís, un sinfín de testimonios de testigos de diferentes momentos de la vida del protagonista nutren la historia: desde el mismísimo Jorge Asís, y su familia, pasando por personalidades como Eduardo Álvarez Tuñón, Carlos Ruckauf, Víctor Laplace, Jorge Telerman, Pablo Avelluto, Rafael Bielsa, Eduardo Menem, Jorge Dorio, entre tantos otros, dejan su huella a lo largo de las páginas.
Los diferentes pasajes del libro traen al presente un aire noventoso, un aroma a café de calle Corrientes, donde el Turco forjó sus primeros pasos en la literatura en su incipiente juventud y décadas después enhebró su proyección política que lo llevó a ser más que un funcionario del menemismo, se erigió como una de las cara y las plumas más visibles de ese período. “A través de los libros del Turco también se puede ver la historia emocional y psicológica de Argentina…pero además es un representante de los noventa: la toda la vida de cafés. Hoy eso ya no existe y la verdad que lo veo con nostalgia. Nosotros contamos con mucho detalle cómo en el Florida Garden se gestó la guardia pretoriana de Carlos Menem: gente del mundo de la política, del periodismo, los servicios de inteligencia, las artes. Todos estaban ahí dando vueltas, viendo qué pasaba, captando las ondas de la época y se subieron todos al menemóvil. Eso ya no pasa más: los amigos no se juntan más en el café. Eso también se puede ver como un cambio de época”, puntualiza Fernando Soriano con Infobae.
A lo largo de los más de 30 capítulos, la obra de Soriano y Perantuono logra su cometido con creces, a través de la vida de un personaje sin igual, un representante de otra época, que en este presente tan vertiginoso y líquido nos resulta muy lejana, bosqueja la cartografía de una sociedad tan cíclica como la nuestra, la figura de Asís resuena, entonces, como una marca que detiene el tiempo.
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